Tomás Bretón fue un compositor salmantino empeñado en crear una ópera española, pero al que el éxito le vino por la zarzuela, género éste que practicó con abundancia, pues escribió medio centenar. Entre ellas, tal vez la más conocida sea La verbena de la Paloma, de la que hoy tenemos sus famosas seguidillas
Por ser la Virgen
de la Paloma,
un mantón de la China-na,
China-na,
te voy a regalar.
Toma un churrito,
mi niña, toma,
y no seas endina-na,
dina-na,
que me vas a matar.
Por ser la Virgen
de la Paloma,
un mantón de la China-na,
China-na,
me vas a regalar.
Venga el regalo,
si no es de broma,
y llévame en berlina-na,
lina-na,
al Prado a pasear.
de la Paloma,
un mantón de la China-na,
China-na,
te voy a regalar.
Toma un churrito,
mi niña, toma,
y no seas endina-na,
dina-na,
que me vas a matar.
Por ser la Virgen
de la Paloma,
un mantón de la China-na,
China-na,
me vas a regalar.
Venga el regalo,
si no es de broma,
y llévame en berlina-na,
lina-na,
al Prado a pasear.
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