En el capítulo anterior estuvimos en el otro extremo del Mediterráneo, en Constantinopla —hoy, Estambul—. Hoy recorremos, de la mano de Peridis, el arte prerrománico asturiano, esa forma de hacer propia de los siglos IX y X en lo que fue el reino astur y en la que destacan dos magníficas obras arquitectónicas: Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo.
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